24.5.10

a tiempo (y con suerte)


Menos mal que se dio cuenta a tiempo. ¿Cómo podía haber estado tan ciega y haberse dejado llevar durante todo este tiempo? Aún sigue sin comprenderlo, intenta buscar el motivo. Todos le habían mentido. Todos eran como un gran enemigo, un gran gigante, como un propio armario en el que habían miles de cajones todos ellos engañados, cajones llenos de telarañas, oscuros y fríos, malos como el dolor. Sólo querían aparentar, llevaban una vida no-lógica, una vida-muerte. Se ponían a prueba, masoquistas. Eso pretendían.

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