Y es que a veces Chicalluvia sale a pasear sus sandalias por los campos de fresas del señor Martín, los gigantescos campos que hay detrás de su iglú polar.
Recordaba momentos del año 1999, cuando asomaba la naricita por la puertecita del horno mientras un bizcocho de fresa se cocinaba y después lo adornaba con mermelada de fresa y rodajas de naranja. Los domingos por la mañana, justo después de desayunar, preparaba pasteles junto a su madre y por la tarde, para merendar, se los comían con té de canela. Y lo que más le gustaba era guardar sueños en los tarritos de mermelada que había vaciado.
Me gusta mucho esto, te lo comenté por el formspring. Tienes muy buen vocabulario y las imagenes que creas con tus palabras son magníficas :)
ResponderEliminarHolahola =) soy Ren Hiiragi, te sigo por aquí.
ResponderEliminarUn beso para Chicalluvia